martes, 28 de junio de 2016

Prótesis cerebrales para recuperar y aumentar la memoria

CIENCIA, MEDICINA, SALUD, TECNOLOGÍA

Prótesis cerebrales para recuperar y aumentar la memoria

Por Zuberoa Marcos | 24-06-2016


Theodore Berger

Bioingeniero y neurocientífico
En gran parte somos lo que hemos vivido. O, mejor, somos lo que recordamos. Lo que podemos configurar en imágenes mentales para otorgarnos identidad. Y también somos lo que viviremos, lo que imaginamos por venir, construido en parte también -no siempre con acierto- con material antiguo. Jorge Luis Borges, con su certeza poética, lo describió mejor: “Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”. A veces esos espejos se hacen trizas. Se rompen de tal forma que es imposible recomponerlos y los recuerdos entonces desaparecen. Y hay que fijarse, muy en el fondo de los ojos de alguien, para reconocer en cierto destello a la persona que fue. Así de crueles son para quien las padece y para quienes les rodean las enfermedades neurodegenerativas. Más de 47 millones de personas en el mundo están afectadas, según la Organización Mundial de la Salud, por algún tipo de demencia que conlleva pérdidas cognitivas. Su causa no está clara y no existen tratamientos que puedan curar o revertir su evolución progresiva. Es un viaje de ida al olvido… por ahora.
Theodore Berger lleva 35 años investigando cómo evitar que los recuerdos se borren. Su proyecto es tan ambicioso y parecía tan irreal que él mismo reconoce haber sido tachado de loco por sus colegas científicos en muchas ocasiones. Pero este ingeniero biomédico de la universidad del Sur de California es inasible al desaliento. Berger ha pasado la mayor parte de su vida tratando de entender cómo funcionan las neuronas del hipocampo, la parte de nuestro cerebro encargada de convertir los recuerdos a corto plazo en recuerdos a largo plazo. Reconoce que no ha sido capaz de descifrarlo por completo, pero no está dispuesto a detenerse porque, aseguraba en una entrevista, “un técnico no necesita saber cómo funciona la música para reparar tu reproductor de Cds”.
“No tienes que hacer todo lo que hace el cerebro, ¿pero puedes al menos imitar algunas de las cosas que hace un cerebro real?”, se pregunta. “¿Lo puedes modelar y ponerlo en un dispositivo? ¿Puedes conseguir que ese dispositivo funcione en cualquier cerebro? Esas tres cosas son las que hacen que la gente piense que estoy loco”. El equipo de Berger ha conseguido desentrañar algo de la compleja actividad neuronal que se produce en el hipocampo y entender parte del proceso que nos lleva a fijar los recuerdos a largo plazo. Un paso de gigante que permitiría resolver pérdidas de memoria mediante la instalación de microchips en el cerebro. Sus teorías ya han sido mostradas en varios experimentos con animales y confía en ver los resultados en humanos dentro de algunos años. Un proyecto que podría terminar con enfermedades como el Alzheimer. Bendita locura.
Texto: José L. Álvarez Cedena
Fuente: El País

martes, 21 de junio de 2016

El kétchup comercial es dañino: aprende a hacer uno casero


El kétchup comercial es dañino: aprende a hacer uno casero

Los daños del kétchup a la salud son explicados por el nutricionista Álvaro Vargas. EnFacebook te enseña a hacer uno casero


El nutricionista español Álvaro Vargas realizó un video para explicar lo dañino que puede ser el kétchup comercial y cómo poder hacer uno más sano en nuestras casas. La grabación fue compartida en Facebook.
En la reproducción de Facebook, el nutricionista explica que el kétchup industrial contiene elevadas cantidades de azúcar, sodio y sal. "Su alto grado de acidez a largo plazo puede provocar problemas estomacales como gastritis, úlceras", indicó.
"Además, suelen llevar jarabe de maíz modificado, nada recomendable para nuestra salud", agregó en la reproducción deFacebook. "Lo más preocupante, es que según la Asociación Americana del Corazón, casi el 80% de los consumidores son niños de 4 a 15 años", concluyó.
Vargas compartió también en Facebook la receta para hacer un kétchup sano y natural. "Este kétchup contiene ocho veces menos azúcar de el industrial y siete veces menos sal", añadió.
Según explicó en la reproducción de Facebook, los ingredientes que se necesitan son 200 gramos de salsa casera de tomate, 1/2 cebolla picada, un trocito de kión, una pizca de pimienta negra, dos cucharadas de vinagre de manzana, una cucharada de panela (azúcar integral), 1/2 cucharadita de sal y 1/2 taza de agua.
En el video de Facebook, Vargas explica que se debe mezclar todos los ingredientes hasta que quede una masa uniforme y listo.
Fuente: El Comercio

miércoles, 8 de junio de 2016

Apuntes sobre la enfermedad terminal


ENFOQUE

Apuntes sobre la enfermedad terminal


Ante la enfermedad no hay ricos ni pobres, jóvenes ni viejos, blancos ni negros; el cáncer y muchas otras afecciones en ese sentido son democráticas: atacan a todos por igual. Si bien un mal de salud es enfrentado con distintas actitudes, una enfermedad avanzada que pone al paciente en una situación terminal es otra cosa muy distinta. Involucra ver la muerte cada vez más cerca y en una lucha que ya se vuelve desigual y hasta inútil. Una mezcla de sensaciones, emociones y sentimientos aparecen en las personas.

8/6/2016

Manuel Arboccó de los Heros Psicoterapeuta-Catedrático

La psiquiatra suiza Elizabeth Kubler-Ross (1926-2004) fue famosa por estudiar las fases de todo proceso de duelo –en el propio paciente y sus allegados– hablando de negación, enojo, negociación, depresión y aceptación.

Lo que necesitaría una persona en esos momentos sería serenidad, fortaleza, temple para aceptar lo que no se puede cambiar y alguien con quien poder hablar de todo lo que la situación le remueve. ¿Cuántas personas están preparadas para tratar así a un paciente que sabemos va a morir en poco tiempo? No nos preparan para eso. No en la escuela, no en casa, antes ni siquiera se hablaba de la muerte en las facultades de Medicina y Psicología, ¿por qué tanto miedo? Miedo que solo consigue la negación de lo relativo a la muerte.

Estar en un hospital no es una experiencia agradable. Como psicólogos sabemos la importancia del componente mental en los estados de salud y enfermedad. Estar en casa, y mejor aún con la compañía de la familia, es un punto primordial por considerar en la estrategia de enfrentar una enfermedad terminal, salvo situaciones médicas que hagan necesario el empleo de equipos especializados.

También, no son pocos los pacientes terminales que ven reforzada su fe religiosa. Creemos que es un soporte que muchas personas emplean para contrarrestar la incertidumbre del futuro, el dolor de la muerte, el miedo a lo desconocido. Recordemos las palabras de Sigmund Freud, quien en su obra El porvenir de una ilusión nos decía sobre la fe religiosa: “Así como para la humanidad en conjunto, también para el individuo la vida es difícil de soportar. La civilización de la que participa le impone determinadas privaciones, y los demás hombres le infligen cierta medida de sufrimiento, bien a pesar de los preceptos de la civilización, bien a consecuencia de la imperfección de la misma, agregándose a todo esto los daños que recibe de la naturaleza indominada, a la que él llama el destino. Esta situación ha de provocar en el hombre un continuo temor angustiado y una grave lesión de su narcisismo natural”.

Por su parte, el creador de la logoterapia, Viktor Frankl, nos dice en su obra El hombre en busca de sentido: “No obstante, cuando un paciente tiene una creencia religiosa firmemente arraigada, no hay ninguna objeción en utilizar el efecto terapéutico de sus convicciones”.

Fuente: El Peruano